Un equipo lésbico busca su espacio en la capital
En los juzgados de Pichincha. Jugadoras y amigas del equipo Guipúzcoa, durante un plantón, el 6 de septiembre de este año, en contra de la suspensión del equipo de mujeres.
Alejandro Ribadeneira. Quito
alejo@elcomercio.com
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FÚTBOL | lunes 13/09/2010
Desde el 22 de julio del 2009, esa parroquia del nororiente de Quito presencia un apasionante cotejo sin pelota, que se relaciona con los derechos civiles. Se lo jugaba discretamente en los juzgados, pero el esférico está saltando a los medios, los foros de opinión y las fundaciones internacionales.
“El lesbianismo no fue la causa de la suspensión del club Guipúzcoa.”
Félix Zambrano
Abogado de la Liga La Floresta en la causa
Ellas dicen que todo comenzó con un beso que dos jugadoras del equipo se dieron hace un año. Para los directivos de La Floresta, ¡el beso fue lo de menos! Un juzgado está a cargo del caso y se apresta a emitir el pitazo final.
Guipúzcoa, el equipo de los saltamontes lesbianos
Es un nombre extraño para un equipo. Guipúzcoa Saltamontes de Venus. Karen Barba, mediocampista, admiradora de Lionel Messi y Antonio Valencia, estudiante de Derecho y activista, cuenta que el equipo no se llamaba Guipúzcoa.
Fundado hace ocho años, el nombre era Saltamontes de Venus a secas, una alusión veladamente sensual a la diosa romana del amor. Sus integrantes originales eran amigas que se juntaban en La Carolina en busca de un espacio para hablar de ellas.
Se dieron cuenta de que el fútbol les gustaba (siempre había alguien que llegaba con un balón), se sintieron competitivas y decidieron jugar en una liga barrial.
En el 2005 se agregó la palabra Guipúzcoa porque casi todos los clubes de La Floresta debían llevar nombres de las calles del sector por reglamentación: Barcelona, Valladolid y otras. Guipúzcoa, la provincia histórica del País Vasco, era la calle que sobraba y las Saltamontes lo adoptaron, aunque parecía un trabalenguas.
Barba, lesbiana que no exhibe gambetas cuando habla de su opción sexual, recuerda que la idea de jugar se convirtió en una reivindicación de las mujeres en un entorno machista como el fútbol.
“En las ligas, los varones son los presidentes y las mujeres son las secretarias y las que sirven el café”, dibuja Barba.
El Guipúzcoa no se inscribió en la Liga La Floresta como un equipo de lesbianas declaradas o visibles. Desde su conformación hasta hoy, mujeres heterosexuales conforman la nómina.
Hasta el 2007, el equipo formaba parte activa de la Liga. Incluso Patricia Pacheco integró el Directorio y desde ahí pugnaba para que el torneo femenino fuera más respetado.
El Guipúzcoa, además de su trabajo reivindicativo, también se destacaba en el campo de juego con buenos resultados, alcanzó un tercer lugar y siempre fue uno de los animadores del campeonato, que en realidad es de índor, de siete contar siete. Las mujeres juegan en la cancha chiquita.
Sus uniformes eran naranja y plomo, y también rosado y morado, aunque eso se debía más bien a la disponibilidad de fondos, pues las barriales no son precisamente el lugar en que Umbro modela sus últimas creaciones.
El club tuvo varios entrenadores, aunque quizás el más recordado es Manuel Cando, un titiritero español que una vez insultó a un árbitro por megáfono, por no hacer respetar la distancia de la barrera, en un tiro libre.
Todo cambió cuando el Guipúzcoa declaró que sus saltamontes eran lesbianas, en el 2008. Barba explica que los miembros del club buscaban transformar al club en un espacio para que las lesbianas pudieran ir al fútbol en paz, abiertamente, sin temor.
Paz fue lo que menos hubo. La apertura del clóset generó que los equipos las marginaran. Los planteles femeninos dejaron de aliarse con las Saltamontes en las sesiones. Barba narra que los cotejos fueron tormentosos. Ella recibió tarjeta roja por intercambiar golpes luego de recibir un escupitajo y un insulto homofóbico.
Los equipos rivales, luego de perder los cotejos, se quejaban con los vocales de que las jugadores del Guipúzcoa las toqueteaban y las amenazaban.
La tensión aumentó cuando las saltamontes denunciaron que eran espiadas en los camerinos y que las estaban fotografiando y filmando.
El punto culminante llegó en abril, luego de un cotejo. Dos jugadoras se besaron en las gradas mientras el plantel miraba otro compromiso. El beso, un simple piquito según testimonio de Cristina Peralta, la capitana del Guipúzcoa, desató una pelea verbal con las barras de otros equipos.
Los hechos se precipitaron: la Asamblea Extraordinaria votó por la suspensión de un año del Guipúzcoa, lo que significó que las 22 jugadoras de la entidad quedaran fuera del torneo del 2009. Iban terceras en la tabla.
Desde entonces, el Guipúzcoa ha buscado ayuda en todas las entidades posibles, ha hecho apelaciones y demás trámites, además de protestas y plantones con activistas y amigos; pero no ha logrado inclinar la cancha en su favor.
La Liga de la Floresta tiene un abogado que juega de 10
Fundada en 1957, La Floresta vive una época de esplendor. En su regazo se cobija Barcelona, el mejor equipo barrial del país. El equipo de mujeres de Galicia es bicampeón de Campeonas.
La Floresta gana hasta en las frivolidades: Karla Chávez, su madrina, obtuvo el título de Reina de Reinas de las Barriales.
El presidente es Juan Alberto Torres Cando, quien asumió el cargo en 1972. Su gestión ha sido alabada por los directivos de los clubes, quienes dieron su nombre al complejo deportivo de la zona. Torres, demandado por las Saltamontes, prefiere que su abogado hable sobre este caso.
Se trata de Félix Zambrano, penalista y constitucionalista, docente universitario, antiguo dirigente de boxeo y actual líder del club Ecuador de La Floresta.
Zambrano, que aún juega con el 10 en el dorsal (aunque en la Máster), dice que la suspensión se basa en el artículo 107 de suReglamento, que castiga a quienes cometen actos obscenos dentro y fuera de la cancha.
El abogado afirma que no consta en la declaratoria de la suspensión que el castigo sea por lesbianismo, por lo que rechaza que se acuse a la Liga de discriminación.
Lo que consta en las actas son las quejas de los presidentes de clubes, que señalaron su molestia por la conducta de las Saltamontes de Venus delante de los niños .
Si la Liga suspende un año al jugador que se orina en la cancha, con mayor razón “actos de esta naturaleza”, explica Nelson Gómez, del club Gremial en la sesión. No se especifican cuáles son los actos de “esta naturaleza”.
Zambrano afirma que no juzga a las Saltamontes. Incluso su hija jugó con algunas de ellas este año en un torneo particular y eso le tuvo sin cuidado. Pero opina que las demandantes se han equivocado en los caminos jurídicos que han tomado para regresar al torneo. En casi todos han caído por goleada.
Apelaron al Ministerio de Deportes y a Concentración Deportiva de Pichincha, que no son competentes y no intervinieron.
Fue correcto acudir, eso sí, a la Federación de Ligas de Quito, pero su pronunciamiento en favor del Guipúzcoa tuvo errores de forma y nunca fue ejecutoriado.
Zambrano sostiene que se equivocaron al demandar a Torres Cando, pues quien sancionó a Guipúzcoa no fue el directivo sino los 42 presidentes de los clubes que votaron en la Asamblea Extraordinaria de la Liga.
El caso ahora lo conoce el juez cuarto de Garantías Penales, Raúl Martínez, quien debe decidir en siete días más si ordena la incorporación del Guipúzcoa en el campeonato 2010 (que ya va por la décima fecha), la recuperación de los partidos del año anterior y la protección policial para las jugadoras durante esos partidos.
La capitana del Guipúzcoa, Cristina Peralta, apodada ‘Don Omar’ porque nadie la gana en el karaoke cantando ‘Pobre diabla’, aguarda esa resolución con la ansiedad de vísperas de final.
Su equipo se ha entrenado todo el año para regresar, incluso se han probado e incorporado nuevas jugadoras, aunque la delantera no ha descuidado su trabajo en una gasolinera de Quito, la relación con su pareja -con quien vive hace un año - ni a su hija.
Peralta es lesbiana pero se embarazó porque quiso ser mamá, aunque tuvo que ceder la custodia a la abuelita de la niña, que ya tiene tres años. No se averguenza de su condición. Ella vive la vida como un 11 clásico: va de frente, en busca del gol.
En otros países
En Sudáfrica opera el equipo Chosen FEW, integrado por lesbianas. Fundado en el 2004, su objetivo es llamar la atención sobre la violencia contra las lesbianas en ese país. 30 lesbianas fueron asesinadas en ese década por discriminación.
En Francia es todo un escándalo el que protagoniza el jugador Yoann Lemaire, expulsado del club amateur Chooz por ser homosexual.
El primer futbolista de élite en admitir su homosexualidad fue el anglonigeriano Justin Fashanu, que la confesó en 1990. Se suicidó en 1998.
Un juez en
Brasil dictaminó, en el 2007, que el fútbol “es un juego viril, no homosexual”, y pidió al jugador Richarlyson que dejase ese deporte. El aludido negó ser gay y demandó al juez.