6.24.2011

Género Vs Sexualidad

Género es un instrumento conceptual, una construcción social y cultural que fabrica los conceptos de la feminidad y masculinidad. Muestra un proceso histórico en el que toma en cuenta la situación política, económica y cultural.
Mientras el género es el producto de la construcción socio-cultural, el sexo pertenece a la biológía. Género no es la diferencia entre mujer y varón ni la separación entre macho y hembra a pesar de que los géneros que toma en cuenta el discurso tradicional son “masculino” y “femenino”.  
El género es algo performativo: un instrumento que organiza y crea los papeles del hombre y mujer. El género es cómo siente una persona lo que hace, lo que viste, como se identifica ante la sociedad y cómo esta la percibe. 
El sexo es lo que los médicos los designan a todos los bebes después de nacimiento.  Los diferentes genitales sirven como la base de construir la identidad de género.  

No obstante, la práctica sexual no debe ser la totalidad de la identidad de género.  La identidad sexual no es el mismo que la identidad de género. Muchas personas creen que el objeto de deseo de una persona indica su sexualidad pero no es así.  Por ejemplo: lesbiana no es una identidad de género sino que es una identidad sexual, es decir identificarse como lesbiana no necesariamente es identificarse con lo masculino.
La sexualidad puede ser solo un parte de la identidad de género. Género es un concepto más amplio, por esto es importante cambiar el proceso de construir el concepto de género.

En el discurso feminista Gender Trouble (El Problema del Género), de Judith Butler, la autora ilustra el género como algo con lo que una persona actúa en el contexto del sexo, la sexualidad y el poder de la sociedad.  
En su trabajo ella busca el origen de donde viene la construcción del sujeto, de género, sexo y deseo.  Su argumento discute el papel del sexo y la sexualidad en construir “lo natural.”
Para la mayoría, se considera el género (las divisiones de roles de género tradicionales) y el heterosexismo como construcciones “normales”, eso es porque en la esfera social se perciben la oposición binaria entre “el macho” y “la hembra”. Es un sistema binario en que solo existen dos géneros que es  repetido por el discurso popular.

El hecho de que algunas personas se aparten de las normas binarias de roles de género, no indica su sexualidad: por ejemplo, las mujeres quienes gustan de llevar ropa cómoda y holgada o juegan deportes “masculinos” no necesariamente son lesbianas;  solo eligen mostrar su género en una manera diferente de la norma.

La identidad sexual y la identidad de género son entidades relacionadas pero independientes. Deconstruir el sistema binario de género es separar los dos conceptos de género y sexualidad.

II. Expectativas de roles de género y la homosexualidad

¿Qué papel tienen las expectativas de roles de género en la homofobia y los prejuicios sexuales? 
En el discurso GLBT y literatura feminista existen dos teorías para explicar dos puntos de vista sobre expectativas de género y homosexualidad.  Hay puntos de vista fijos sobre la femineidad y masculinidad. Se cree que solo hay estas dos opciones distintas y constantes.  Si alguien no se aviene a estas normas de género en alguna manera—intereses, apariencia y personalidad—se cree que esta persona comparte características de personalidad e identidad con el sexo opuesto. Por eso, mucha gente supone que esta persona sea homosexual. 

La teoría de inversión nos presenta con el opuesto punto de vista que el sistema cultural de creencias de género y sugiere que se perciben a las personas gay como “invertidas” porque ellos no se avienen a las expectativas de atracción al sexo opuesto.  Este punto de vista niega la existencia de una multiplicidad de identidades de sexo y sexualidad.  La teoría presenta la suposición que todas las personas quienes se identifican como homosexual también transgreden las expectativas de género.
   
La expresión y apariencia de género a veces tienen efecto en la intensidad del homofobia. Las regiones geográficas además de la edad, las creencias religiosas y la educación también afectan el nivel de homofobia en una región.  Por eso, la apariencia de género y las exceptivas de género tienen un rol significante en la homofobia y prejuicios sexuales.

Casey realizó un voluntariado en Causana entre abril y mayo de2011:
"Me encantó trabajar en la oficina de la Fundación Causana. Especialmente disfruté la oportunidad de escribir sobre temas que me interesan y mejorar mi español.  Todas las personas con quienes trabajo son muy amables y me dieron una calurosa bienvenida a la fundación.  ¡Muy lindo haberles conocido!
Aprendí mucho sobre los movimientos feministas y lésbicas en Suramérica cuando busqué enlaces para el programa del radio.  Tuve la oportunidad a analizar como son diferentes las actitudes hacías los derechos de las personas gay en los Estados Unidos y en el Ecuador.  
También me encantaron los talleres de la fotografía y percusión porque pude conocer la comunidad lésbica de Quito y me relacioné con la gente.  Para otros estudiantes quienes vienen, sería chévere si pudieran pasar más tiempo con las comunidades gay en Quito.  
Una experiencia muy linda e inolvidable! 

6.01.2011

Somos las existencias que el Estado no quiere nombrar...



M A N I F I E S T O
Contra la Homofobia, Transfobia y Misoginia Estructurales del Estado y la Sociedad

Nos autodefinimos familiares de las personas secuestradas en clínicas para curar la homosexualidad y la transexualidad. Centros de “terapias correctivas”, que producen y reproducen prácticas violentas y discriminatorias en “beneficio” de sus familiares y la sociedad. Sus perversos tratamientos, bajo el pretexto de curar adicciones, están influenciados por grupos religioso-cristianos o usan nombres que apelan a la fe y a la salvación. Sus prácticas atentan directamente contra los derechos humanos de las personas que allí son encerradas sin su consentimiento o son sometidas a firmar contra su voluntad. La mayoría de estos centros funcionan irregularmente y otros de manera ilegal, clandestina y de manera privada; operan sin regulación ni control por parte de las instituciones, por fuera de las normas que los rigen, a pesar de que el estado  tiene la responsabilidad de intervenir frente a los tratamientos inhumanos que sufren lesbianas, gays y personas transgénero.

Somos las existencias que el Estado no quiere nombrar, en tanto tenemos opciones sexuales y de género disidentes y en tanto somos familiares, amigos/as, novias/os, vecinos/as, conocidas/os de aquellas y aquellos cuya identidad se ha incluido con tibieza en la vida civil ciudadana. De este modo, asumimos responsablemente la situación de discriminación y violencia que el gobierno, a pesar de las denuncias y exigencias que se le han hecho desde hace más de 7años, no ha resuelto.

  • Exigimos que se investiguen las denuncias presentadas por casos de torturas y malos tratos en clínicas privadas y su respectivo seguimiento y sanción. Y que, en consulta con la sociedad civil, se desarrollen formas de prevenir y sancionar esta violación a los derechos humanos.

  • Exigimos la ejecución del sistema anti-discriminación plasmado en el artículo 11 número 2 y concordantes de la Constitución Política del Ecuador y la implementación de las reformas legales que correspondan en lo civil, penal y procesal-constitucional a fin de sancionar los actos discriminatorios y restituir los derechos violados; en particular la aprobación y sanción de la Ley de Igualdad entre Mujeres, Hombres y Personas de Diversa Condición Sexo-genérica.

  • Exigimos que se implementen mecanismos para erradicar, dentro de la estructura social y de gobierno, los estereotipos contra identidades distintas a la masculinidad y feminidad heterosexuales. Por eso, demandamos la elaboración y ejecución de programas de formación y sensibilización para transformar los patrones culturales basados en la misoginia, homofobia y transfobia.

  • Exigimos que en los casos en que las terapias homofóbicas y transfóbicas que las clínicas ofrecen configuran delitos de odio bajo el Código Penal ecuatoriano, el Estado, y en particular la Fiscalía General del Estado, cumpla con su obligación de investigar e iniciar los procesos penales correspondientes a fin de eliminar estas prácticas y sancionar a los culpables.



  • Exigimos que en los casos en que las terapias homofóbicas y transfóbicas que las clínicas ofrecen configuran tortura, trato cruel, inhumano y degradante, el Estado, y en particular la Defensoría del Pueblo, tomen medidas para la clausura inmediata de los establecimientos. Exigimos la no admisión de excepciones formales que violan la Convención contra la Tortura, como la alegación de voluntariedad, mayoría de edad y naturaleza contractual privada de la relación pacientes – clínicas, ya que las condiciones estructurales de violencia anulan la autonomía de las personas recluidas.

  • Exigimos que se implementen medidas especiales de protección a personas lesbianas, trans y gays a fin de prevenir y en su caso cesar la violencia y abusos que sufren por parte de la policía, familiares, instituciones públicas y privadas.

  • Exigimos del Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, como autoridad administrativa competente, la clausura inmediata de aquellas clínicas que formalmente ofrecen tratamientos para “curar” a personas lesbianas, trans y gays, por su abierta violación de los artículos 11.2 (igualdad), 66.28 (identidad) y 21 (intimidad) de la Constitución Política del Ecuador, así como la inspección de aquellas que, sin ofrecerlos formalmente, los ofrecen real y – lo que es más grave – solapadamente; es decir, a sabiendas de que lo que hacen es inconstitucional.

  • Demandamos la precisión del artículo 34 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas[1], ya que su redacción actual permite en la práctica, el encierro de personas cuyas identidades de género y/o prácticas no heterosexuales son interpretadas extensivamente como vicio. Sugerimos la ampliación, a renglón seguido del artículo, del siguiente texto: “En ningún caso, se podrá interpretar que, conductas distintas al uso de sustancias fiscalizadas, encajan en esta descripción”.

  • Hacemos un llamado para movilizarnos y construir mecanismos ciudadanos y colectivos que nos permitan detener la violencia que se ejerce contra nuestras identidades.

El buen vivir es una condición indispensable para todas y todos sin exclusión, la opinión de la comunidad frente a la irregularidad o ilegalidad de  los centros de torturas “correctivas” debe ser valorada por el Estado para que este tome las medidas tutelares pertinentes y se cierren definitivamente estos establecimientos. Mediante esta acción popular contribuimos a la transformación de las relaciones comunales, ejerciendo la política como la voluntad imperiosa de la vida.


[1] Art. 34.- Solicitud de tratamiento.- La asistencia médica a las personas dependientes del uso de sustancias fiscalizadas podrá ser solicitada por ellas, sus representantes legales, sus parientes, su cónyuge, el Ministerio Público, el Juez de la Niñez y Adolescencia correspondiente, la Secretaría Ejecutiva del CONSEP o los jueces que conozcan el caso.